Cuanto más calor haga, más atención debes prestar a estos puntos al beber cerveza.
En verano, muchas personas beben demasiada cerveza fría antes de las comidas, lo que fácilmente puede provocar una caída repentina de la temperatura gastrointestinal, una contracción rápida de los vasos sanguíneos y una reducción del flujo sanguíneo, provocando así una disfunción fisiológica. Al mismo tiempo, puede provocar trastornos digestivos e inducir fácilmente diversas enfermedades intestinales como dolor abdominal y diarrea. Las personas gordas evitan beber cerveza con regularidad.
La cerveza en sí no contiene grasas que engorden, pero beber cerveza favorecerá la secreción de jugos gástricos y aumentará el apetito. Por lo tanto, la gente suele beber cerveza con muchos platos ricos en calorías, lo que aumenta la absorción de grasas, provocando que se acumule grasa en el cuerpo y provoque obesidad. Evite beber cerveza después de un ejercicio extenuante.
Beber cerveza después de un ejercicio intenso aumentará la concentración de ácido úrico en sangre. Cuando falla la excreción de ácido úrico, se precipitará en las articulaciones del cuerpo humano. El exceso de urea en el cuerpo puede causar artritis y gota. La cerveza no se debe mezclar con licor.