Lo más ambiguo que he hecho con mi compañero de escritorio
Todos hemos tenido ese compañero de escritorio. Puede que sea tu primer amor, la persona que te gusta o simplemente tu buen amigo. No importa cuál sea la situación, inevitablemente haremos algunas cosas ambiguas con él/ella.
Mi compañero de escritorio y yo no somos una excepción. Hicimos algunas cosas emocionantes en la escuela secundaria. Mirando hacia atrás ahora, esas cosas pueden no parecer mucho, pero nos hicieron a todos sentir algunas emociones especiales en ese momento.
Ahora compartiré contigo lo más ambiguo que mi compañero de escritorio y yo hemos hecho. Espero que tú también puedas encontrar a tu compañero de escritorio en tus recuerdos.
El primer encuentro
Mi compañero de escritorio y yo nos conocimos en el instituto. En ese momento, acababa de transferirme a esta escuela y no había conocido a ninguno de mis compañeros. Ese día llegué temprano al salón de clases y quería encontrar un lugar tranquilo para sentarme y leer.
Sin embargo, tan pronto como entré al salón de clases, una persona me sobresaltó. Era un chico alto y estaba sentado donde yo originalmente quería sentarme. Me quedé en la puerta torpemente, sin saber qué hacer.
El chico parecía haberme visto también. Volvió la cabeza y mostró una sonrisa amistosa. Me sentí un poco aliviada y me acerqué para sentarme a su lado.
A partir de ese momento, mi compañero de escritorio y yo iniciamos nuestra vida en el instituto. En los años siguientes experimentamos muchas cosas, incluidas risas y lágrimas. Sin embargo, siempre estamos juntos, apoyándonos y acompañándonos.
La primera ambigüedad
Aunque siempre hemos sido buenos amigos, hubo algunas ambigüedades menores en nuestra relación en la escuela secundaria.
Era una tarde y estábamos estudiando en el aula. De repente, mi compañero de escritorio se volvió hacia mí y me dijo: "¿Sabes qué? Siempre pensé que eras hermosa".
Me quedé un poco sorprendido, pero también muy feliz. Me volví, lo miré a los ojos y dije: "Gracias".
En ese momento, nuestros ojos se encontraron, como si el tiempo se hubiera detenido.
Primer contacto
Aunque hubo algunas ambigüedades menores entre nosotros, nunca tuvimos más contacto. Hasta que un día, nuestra maestra organizó que hiciéramos juntos una tarea grupal.
La tarea era muy sencilla. Sólo requería que los dos fuéramos a la biblioteca para buscar información. Rápidamente encontramos los libros que necesitábamos, nos sentamos juntos y comenzamos a leer.
No sé por qué, pero de repente me sentí un poco nervioso en ese momento. Mi compañero de escritorio parecía sentir lo mismo, sus manos temblaban ligeramente sobre la mesa.
Leímos un rato en silencio, luego levantamos la cabeza al mismo tiempo y nos miramos. En ese momento, nuestros ojos se llenaron de emociones no expresadas.
Primera cita
Aunque ha habido algunas cosas ambiguas entre nosotros, nunca hemos salido oficialmente. Hasta que un día mi compañero de escritorio me pidió que viéramos una película juntos.
La película estuvo genial, pero no estaba completamente concentrado en la pantalla. Seguí pensando en mi compañero de escritorio, su mano sobre la mía, su cabeza apoyada en mi hombro.
Después de que terminó la película, salimos juntos del cine. Había una llovizna en el cielo y las luces de la calle se reflejaban en nosotros. En ese momento, parecía que se podían escuchar los latidos de nuestro corazón.
No hablábamos, simplemente caminábamos juntos en silencio. Entonces de repente se detuvo y se volvió para mirarme. Me siento un poco nervioso, pero también con muchas ganas.
Se acercó a mí y besó mis labios suavemente. En ese momento sentí como si fuera a volar.
Final
Aunque hubo algunas pequeñas ambigüedades entre mi compañero de escritorio y yo, no terminamos juntos. Todos elegimos nuestros propios caminos y nos dirigimos hacia nuestro propio futuro.
Sin embargo, esos recuerdos ambiguos siempre han permanecido en mi corazón. Cada vez que pienso en esos tiempos, mi corazón late más rápido, como si el tiempo hubiera regresado a esa época.
Quizás este sea el encanto de la ambigüedad. Nos hace sentir llenos de expectativas y anhelos, pero también nos da miedo dar ese paso fácilmente.
Sin embargo, no importa si nos juntamos o no, esos recuerdos ambiguos siempre nos acompañarán y se convertirán en los mejores recuerdos de nuestras vidas.