Causas de la crisis financiera mexicana
Después de que Salinas llegó al poder, el gobierno utilizó el tipo de cambio como herramienta antiinflacionaria (es decir, el peso estaba vinculado al dólar estadounidense). Aunque el plan antiinflacionario con el tipo de cambio fijo como núcleo logró reducir la tasa de inflación, dado que la depreciación de la moneda nacional es menor que el aumento de la tasa de inflación, es inevitable que la moneda se sobrevalúe, lo que debilitará al país. La competitividad internacional de los productos. Se estima que el peso está sobrevaluado en un 20% en términos de paridad de poder adquisitivo. Además, estos programas antiinflacionarios han generado un auge del consumo y una mayor demanda de bienes importados. A pesar de un fuerte aumento de las importaciones, el crecimiento de las exportaciones de México ha sido mediocre. De 1989 a 1994, las exportaciones aumentaron 2,7 veces y las importaciones aumentaron 3,4 veces. Así, a partir de 1989, el déficit en cuenta corriente de México fue de 41.000 millones de dólares, que se amplió a 28.900 millones de dólares en 1994. En teoría, mientras la cuenta de capital pueda mantener un superávit correspondiente en la balanza de pagos, incluso si se produce un gran déficit en cuenta corriente, eso no significa que la economía nacional esté enfrentando una crisis. La clave del problema es que la inversión extranjera que mantiene un superávit en la cuenta de capital no debe ser inversión extranjera especulativa a corto plazo. México utiliza este capital para financiar su déficit de cuenta corriente. A finales de los años 1980, los flujos netos anuales de inversión indirecta hacia México eran de aproximadamente 5 mil millones de dólares; en 1993, dichas entradas netas de capital extranjero se acercaban a los 30 mil millones de dólares. Se estima que entre 1990 y 1994, la inversión indirecta representó hasta dos tercios de toda la inversión extranjera que fluyó hacia México.
Para estabilizar la confianza de los inversores extranjeros, el gobierno no sólo insistió en que el peso no se depreciaría, sino que también reemplazó un bono de corto plazo vinculado al peso por un bono de corto plazo vinculado al tipo de cambio. dólar. Como resultado, los inversionistas extranjeros vendieron bonos de corto plazo vinculados al peso y compraron bonos de corto plazo vinculados al dólar. En vísperas de la crisis financiera, el gobierno mexicano emitió bonos a corto plazo por hasta 30 mil millones de dólares estadounidenses, de los cuales 654,381676 millones de dólares vencieron en el primer semestre de 1995, mientras que sus reservas de divisas eran sólo de unos pocos miles de millones de dólares. . Resulta que no fue prudente por parte del gobierno mexicano utilizar bonos de corto plazo vinculados al dólar para estabilizar la confianza de los inversores extranjeros. Si bien este tipo de bono logró su propósito en un corto período de tiempo, manteniendo en el país más de 20 mil millones de dólares de inversión extranjera de corto plazo, el riesgo es mayor, porque la caída del valor del peso, independientemente de la magnitud, reducirá las ganancias de la inversión indirecta, exacerbando así las salidas de capital, provocando que el mercado de bonos a corto plazo enfrente mayores turbulencias. Por lo tanto, en la segunda mitad de 1994, el gobierno mexicano se encontraba en una situación cada vez más pasiva. Por un lado, no podemos deshacernos de nuestra dependencia de la inversión extranjera indirecta y de los bonos gubernamentales de corto plazo; por el otro, estas dos fuentes de financiamiento hacen que la economía mexicana sea más frágil, el margen de maniobra del gobierno se está reduciendo y la crisis económica es cada vez mayor. La influencia de los especuladores financieros está creciendo. Cuando el gobierno anunció una devaluación del peso, los especuladores financieros vendieron grandes cantidades de bonos gubernamentales a corto plazo.
Por lo tanto, la reducción de las reservas de divisas y la devaluación del peso son las causas directas de la crisis financiera mexicana, y la causa profunda de la crisis financiera es el uso de activos especulativos y líquidos a corto plazo. capital extranjero para cubrir el enorme déficit de cuenta corriente. Las profundas razones socioeconómicas de la crisis financiera de México se pueden resumir en los siguientes tres puntos:
(1) El mercado financiero es demasiado abierto y demasiado dependiente del capital extranjero.
A través de la apertura financiera y el fomento de las entradas de capital extranjero, las entradas anuales de capital extranjero a México alcanzan entre 25.000 y 35.000 millones de dólares. Sin embargo, las exportaciones de comercio exterior no crecieron significativamente y la proporción de las importaciones de comercio exterior en el PIB aumentó de 9,4 en 1987 a 31 en 1993. Como resultado, el déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos ronda los 23 mil millones de dólares, lo que hace que toda la economía mexicana dependa excesivamente del capital extranjero.
(2) La inestabilidad política ha minado la confianza de los inversores.
En la segunda mitad de 1994, los disturbios campesinos armados se sucedieron uno tras otro en México. El candidato presidencial Colosio y el secretario general Ruiz del gobernante Partido Revolucionario Institucional fueron asesinados uno tras otro. La lucha por el poder dentro del partido gobernante y entre el partido gobernante y el partido de oposición fue feroz.
La inestabilidad política ha debilitado la confianza de los inversionistas extranjeros, y la inversión extranjera en México ha comenzado a disminuir mientras que las desinversiones han aumentado. México tuvo que utilizar reservas de divisas para cubrir el enorme déficit de comercio exterior, lo que provocó que las reservas de divisas cayeran de 1.700 millones de dólares a finales de junio de 194 a 6.000 millones de dólares en febrero de 2018, una disminución del 65% en menos de dos meses.
③ Al ignorar el vínculo entre el mercado de divisas y el mercado de valores, las políticas financieras se centran en uno e ignoran el otro.
La intención original del gobierno mexicano al anunciar la devaluación de la moneda era evitar las salidas de capital, fomentar las exportaciones y frenar las importaciones, a fin de mejorar la balanza de pagos internacional del país. Sin embargo, en circunstancias de inestabilidad social y económica, es fácil provocar inflación, y el capital extranjero que invierte en el mercado de valores sufrirá pérdidas debido a la depreciación del peso, lo que provocará la caída del mercado de valores. La caída del mercado de valores a su vez exacerbó la depreciación de la moneda mexicana, empeorando la crisis.