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La gestión de divisas se originó durante la Primera Guerra Mundial y posteriormente cambió de laxa a estricta con los cambios en las condiciones económicas y políticas mundiales. Desde el establecimiento del Fondo Monetario Internacional, ha estado instando a los países miembros a abolir los controles cambiarios y restaurar la convertibilidad de la moneda. En la actualidad, los principales países desarrollados básicamente han abolido la gestión de divisas, mientras que la mayoría de los países en desarrollo todavía implementan la gestión de divisas en diversos grados debido a las necesidades del desarrollo económico.