Al viajar a Japón, ¿qué templos son imprescindibles?
1. El Templo Sensoji también tiene muchas personas a las que les gusta la cultura japonesa. Los amigos que quieren viajar suelen escuchar una recomendación. Lo recomendaron porque no sólo es popular, sino que también es el templo antiguo más famoso de Tokio. Una vez, un pescador accidentalmente sacó una estatua de oro y la trasladó a este templo, que bendijo a muchas personas. Más tarde, más y más gente vino a visitarlo y, a medida que pasaba el tiempo, su popularidad aumentó cada vez más.
¿Hay otra atracción famosa en el templo? El agua de la gran fuente se puede beber directamente. Respecto a los templos, muchos amigos están muy ansiosos por vivir la experiencia de pedir una fortuna. El templo Sensoji tiene ese servicio. Incluso si sacas monedas malas, no importa. Al igual que los lugareños, atar un cartel a un árbol protegerá de la mala suerte.
Por cierto, cabe mencionar que sus entradas son gratuitas y puedes visitarla gratis, pero recuerda ir antes de las 17 horas.
2. Templo Kiyomizu El templo Kiyomizu es un templo famoso en Kioto. A diferencia del templo Sensoji, la mayoría de la gente va al templo Sensoji para solicitar una visa, pero van al templo Kiyomizu para disfrutar de los cerezos en flor. Lo más atractivo del templo Kiyomizu-dera es que hay una Terraza Kiyomizu dentro del templo, desde donde se puede ver todo Kioto.
También hay un lugar llamado Otowa Falls en el templo Kiyomizudera. Aunque su naturaleza es diferente a la de solicitar una visa, existen similitudes. Tres manantiales claros representan los estudios, el amor y la duración de la vida de las personas. Beber agua de estos tres manantiales y pedir un deseo puede hacerse realidad, pero no seas demasiado codicioso. Después de todo, todo debe revertirse. Tanto Xiaolan como Conan en "Detective Conan" vinieron aquí para registrarse y vale la pena una visita.
Cabe destacar que este templo requiere entradas, pero el precio no es muy caro, sólo 400 yenes como máximo. Está abierto hasta las 9:00 p. m., por lo que no puedes deambular y conocer tu propio matrimonio.