Introducción a El viaje por ríos y montañas sin remordimientos
Yan Poyue recordará toda su vida que esa noche estaba ciego y magullado, pero aún así la cargó obstinadamente en su espalda y corrió salvajemente en el cielo helado. Cuando estaba al límite, se rió a carcajadas, lo que conmocionó a las montañas: "Héroes de todo el mundo se reunieron aquí sólo para manchar su inocencia. Hoy daré mi vida por ella y te pediré consejo". Él sostuvo sus brazos en sus brazos. Ella era uno contra cien, y la intención de su espada era tan fuerte como la nieve.