La tecnología es invisible, pero nos hemos convertido en “ningún lugar donde escondernos”. ¿Cómo se puede romper?
En la era del big data, a cada uno de nosotros se le filtra una media de cuatro datos. Esta es una enorme red de datos y ninguno de nosotros tiene un lugar al que escapar. Dado que queremos disfrutar de algunas de las comodidades que trae el desarrollo tecnológico, estas consecuencias son inevitables para nosotros.
Cada uno de nosotros es una persona transparente. A los ojos de esos hackers, somos sólo piezas de datos e información, cada una de las cuales vale unos pocos dólares.
Nuestra mayor esperanza es que los departamentos pertinentes puedan legislar contra la filtración de información maliciosa, lo que no sólo puede proteger nuestra privacidad sino también combatir a los delincuentes.