¿Qué significa el principio de gestión prudente?
En primer lugar, el principio de buen funcionamiento es la piedra angular del desarrollo de las empresas modernas. Sólo sobre la base de un análisis razonable del mercado, del entorno competitivo y de las propias condiciones de la empresa se podrá formular una estrategia empresarial verdaderamente viable y sostenible. Las empresas deben hacer intentos audaces, como la distribución diversificada, la innovación tecnológica y la introducción de talentos de manera oportuna, garantizando al mismo tiempo la estabilidad financiera.
En segundo lugar, el principio de gestión prudente es una manifestación importante de la responsabilidad social empresarial. Las empresas no sólo deben centrarse en maximizar los beneficios económicos, sino también considerar el impacto en la sociedad y el medio ambiente. En las decisiones operativas, intentamos minimizar la contaminación ambiental y el daño social y, al mismo tiempo, cumplir activamente con nuestras responsabilidades sociales e invertir en iniciativas de bienestar público como el alivio de la pobreza, la protección ambiental y las donaciones caritativas.
El principio de gestión prudente es parte integral de la gestión del control interno corporativo. Las empresas deben establecer y mejorar sistemas de gestión interna, incluida la gestión de riesgos, la auditoría interna, la gestión del cumplimiento, etc. , minimizar los riesgos operativos, prevenir errores e irregularidades internas y garantizar el desarrollo saludable a largo plazo de la empresa. Sólo entonces podremos proceder verdaderamente con cautela.