Diario de un padre que llevó a sus hijos a un evento comunitario
Hoy, mi hermano, mis amigos y yo de la comunidad de Clearwater Bay fuimos a visitar la sala de exposiciones de Xiaocheng Xincun.
Primero llegamos al Museo de Seguridad Vial, donde había dos máquinas que parecían coches pero no coches. Un niño abrió la máquina, ¿eh? Resulta ser una máquina que te enseña a conducir. Un niño estaba ansioso por probarlo, pero el embrague se soltó demasiado rápido y el auto no arrancó. Otro niño se acercó y finalmente pasó el nivel del embrague, pero no presionó el embrague al cambiar de marcha y el auto se detuvo nuevamente. "Déjame hacerlo", gritó una voz fuerte. Resultó ser mi hermano "fanático de las carreras". Se subió a la máquina, pisó el embrague con calma y luego soltó el embrague de manera suave y constante. Lo vi pisar el acelerador con el pie derecho y el auto avanzó rápidamente. Cuando llegó el momento de cambiar de marcha, pisó el embrague con el pie derecho, movió la palanca de cambios a primera con la mano derecha, luego la soltó nuevamente y el auto avanzó suavemente. Continuó siguiendo este círculo, condujo dos veces seguidas y finalmente se detuvo firmemente al costado de la carretera. "Eso es increíble", no pude evitar elogiar, y los otros niños de ambos lados también me elogiaron. También había un niño que no estaba un poco convencido y quería mostrar sus habilidades. Inesperadamente, pisó el acelerador antes de que el auto arrancara, dejándonos estupefactos.
También visitamos el Centro de Conocimiento de Ciencia Popular, donde hay un objeto en forma de cono rodando pendiente abajo. Cuando el objeto está cargado, regresará automáticamente. Hay sonido láser, energía eólica, energía hidroeléctrica, generación de energía, lanzamiento de cañón virtual y tres "pozos sin fondo", bolas magnéticas...
A continuación entramos en el Museo de Seguridad y Defensa Nacional, que fue presentado Ante nuestros ojos había piezas de munición brillantes, incluidas balas, balas de cañón, granadas, teléfonos viejos y cabinas de telégrafos. Cuando me di vuelta, vi las hazañas heroicas de los mártires revolucionarios y pensé: la hermosa vida de hoy se trata de usar. ¡Debemos valorar las vidas de esos mártires revolucionarios!