Marta Harry, una espía en la Primera Guerra Mundial, era tan hermosa que su cabeza fue puesta en un museo después de su muerte. ¿Qué opinas?
Marta Halle, antes conocida como margaretha geertruida zelle, es originaria de Holanda y ha vivido una vida muy cómoda desde que era niña. Sin embargo, cuando tenía siete años, toda la familia había experimentado cambios tremendos: la fábrica de sombreros de su padre cerró y todos los ahorros de su vida se habían agotado en las acciones. En este caso, el padre de Marta simplemente optó por divorciarse y huir, mientras que su madre murió de depresión en 1891.
Al mismo tiempo, sus familiares no estaban dispuestos a seguir criando a la huérfana. De esta forma, Marta Harry empezó a vivir una vida errante. Aunque Marta es hermosa, siempre ha sido envidiada por otras mujeres, detestada por sus parientes e incluso sospechada. Más tarde, una de sus parientes decidió casarse con Marta Hari.
El marido de Marta es un oficial naval vuelto a casar y tiene pinta de caballero. Sin embargo, después de casarse, este "caballero funcionario" expuso su problema con la bebida y le gustaba golpear a su esposa después de beber. En 1903, Marta no pudo soportar la violencia doméstica y tuvo que divorciarse. Sin su marido, se fue a Francia en busca de una manera de vivir.
En 1904, Martha Hari llegó a París. Debido a su belleza única, naturalmente existen muchas oportunidades laborales. Marta está cualificada para espectáculos de circo, espectáculos de modelos artísticos y otros trabajos. Por ser tan bella y elegante, tuvo la oportunidad de actuar en el teatro de París. Allí, la bella Marta se convirtió de repente en el ídolo de todos.
En 1905, el nombre artístico de Marta Hari se hizo famoso de un solo golpe. Incluso "Le Parisien" lo elogió personalmente: Marta puede volver loco al público tan pronto como aparece en el escenario. Sin embargo, en ese momento había guerra en Europa, por lo que esta belleza se convirtió en una herramienta militar. En 1914, Marta fue a Alemania para actuar y el oficial alemán barón von Milbach se encaprichó de ella.
Pero a este barón no le agradaba la otra parte, sino que quería entrenarla como espía para ayudar a los alemanes a robar inteligencia. De esta forma, Marta Hari viajó entre los ejércitos alemán y francés con sus soberbias dotes interpretativas y su buena apariencia. Sin embargo, aunque deambula a menudo por ríos y lagos, no puede escapar al destino de "ser apuñalado".
En 1917, Francia la condenó por espionaje por "matar a 50.000 soldados" y la ejecutó en 10 años. Después de su muerte, esta belleza con innumerables admiradores no tuvo a nadie que recogiera su cuerpo. Su cabeza fue preservada y guardada en un museo de París.