La moneda turca ha perdido casi el 30% de su valor este año. ¿Qué se puede hacer para ayudarlo a recuperarse?
El impacto adverso de la depreciación de casi el 30% de la moneda turca: durante la actual epidemia de COVID-19, aunque la epidemia se ha controlado, el impacto de la epidemia no ha desaparecido. En la actualidad, la economía interna de Türkiye aún no se ha recuperado y el nivel de consumo de las personas y las empresas es bajo. La depreciación de la moneda tiene muchos efectos adversos. Una depreciación excesiva de la moneda provocará una disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos turcos, y una fuerte caída en un corto período de tiempo perturbará el sentimiento público interno y será perjudicial para el desarrollo estable de Turquía. Para las empresas importadoras, la depreciación de la moneda significa mayores costos de compra de materias primas y menores márgenes de ganancia, lo que hace que las empresas soporten una carga mayor. Al mismo tiempo, el impacto de este aumento de costos eventualmente se distribuirá entre los empleados y compradores, generando una gran presión sobre la vida de las personas y las operaciones comerciales.
Manera de restaurar el valor de la moneda turca: Subir los tipos de interés. El aumento de la tasa de interés de los depósitos de BA frenará la especulación de la gente en el mercado financiero y aumentará la cantidad de depósitos. Cuando mucha gente deposita su dinero en los bancos, la liquidez del dinero se reducirá considerablemente. Cuando la liquidez monetaria es pequeña, la gente estará más inclinada a comprar artículos de primera necesidad y menos artículos de lujo, lo que tendrá un impacto en algunas empresas y conducirá a una caída de los precios de las materias primas. Cuando los precios de las materias primas caen, la tasa de inflación disminuye, por lo que los efectos de la depreciación de la moneda pueden revertirse. Pero la mejor manera de eliminar verdaderamente la depreciación de la moneda es desarrollar la economía interna de Turquía, mejorar los niveles de compra de los ciudadanos y mejorar aún más la capacidad de las empresas para resistir los riesgos, eliminando así por completo el impacto de una depreciación de la moneda de casi el 30%.