¿Cuál es la historia de la aventura del conejo?
La bala en realidad no alcanzó a la liebre, pero ésta se asustó por el repentino disparo. El cazador corrió, vio la presa, pensó en la deliciosa carne de conejo para la cena y sonrió. Justo cuando el cazador lo alcanzó, el conejo se despertó, saltó y salió corriendo.
La liebre corre inconscientemente y nunca se detendrá mientras tenga aliento. Más tarde, el conejo se cayó e intentó levantarse, pero fracasó. El conejo permaneció en el suelo durante mucho tiempo. La oscuridad cubre la tierra y la liebre se levanta para buscar un lugar donde pasar la noche. Pensó: "No puedo volver a casa, así que tengo que esperar hasta el amanecer".
Finalmente encontró un refugio con un montón de hierba dentro. El conejo entró, se estiró y se acostó. El conejo no podía dormir con los ojos cerrados. Todavía estaba pensando en la terrible experiencia durante el día y la sensación de miedo no había desaparecido por completo.
De repente, las risas de la gente llegaron no muy lejos. El conejo se acurrucó nerviosamente y lo invadió una sensación de desastre.
Las risas fueron intermitentes. La liebre supuso que el cazador la había encontrado durante el día. El tiempo pasa. Lo extraño es que la risa siempre está tan lejos, pero nadie viene a captarla. No pudo evitar asomarse en secreto.
La ladera estaba en silencio bajo la luz de la luna, sin nadie alrededor. Pero las risas continuaron y el conejo volvió a asustarse. De hecho, los conejos no tienen por qué tener tanto miedo. Resulta que la risa proviene de los árboles frutales de la ladera. Esta especie de árbol mide siete u ocho metros de altura y está cargado de frutos. Hay muchas cosas parecidas a cuentas en la fruta. Cuando el viento sopla sobre el tronco, la fruta se sacude, por lo que produce una risa jaja, muy parecida a la risa humana. La risa que escuchó el conejo procedía de los árboles frutales.