A veces sientes que no hay necesidad de presionarte demasiado y forzarte. ¿Puedes encontrar algunas excusas para consolarte y no sentirte tan incómodo?
Si te sientes demasiado estresado, debes aprender a relajarte. Puedes escuchar música, prestar atención a tus cosas favoritas y hacer ejercicio, lo que puede reducir eficazmente el estrés. Date un cálido abrazo, que también puede conseguir grandes resultados.
Por eso, cuando te encuentres con algún problema, debes saber hablar con los demás, liberar el estrés y tener cuidado al hablar con los demás. Escuche lo que la otra persona tiene que decir y haga lo siguiente.
1. Pide opiniones. Anime a la otra persona a decir lo que piensa. Todo lo que necesita para romper el hielo en una conversación es comprender el punto de vista de la otra persona. Si puedes hacerlo sin obligar a la otra persona a aceptar tu punto de vista, pero animando a la otra persona a que exprese su opinión, estarás en el camino correcto.
2. Confirmar sentimientos. Si preguntar directamente no logra que la persona hable, puedes crear una mayor sensación de seguridad validando tus sentimientos. Cuando las palabras y el tono de la otra persona son incompatibles con su postura corporal, debemos captar este detalle para comprender sus sentimientos. Por ejemplo: "Pareces estar muy enojado conmigo"...
3. Simplemente vuelve a describir la expresión de la otra persona con tus propias palabras mientras mantienes la calma. Esto permitirá que la otra persona sienta que estás tratando de comprender sus sentimientos y la apoyarás para que hable con franqueza sobre sus pensamientos internos.
4. Orientación activa. La expresión guía activa proviene del concepto de "bomba de cebado". Si alguna vez ha utilizado una bomba manual antigua, comprenderá la metáfora. Al utilizar este tipo de bomba, deberás llenarla de agua para poner en marcha la máquina. Luego empezó a funcionar normalmente. Lo mismo ocurre con escuchar lo que la otra persona dice en una conversación. A veces es necesario hacer algunas conjeturas sobre lo que la otra persona está pensando y sintiendo antes de poder iniciar con éxito su conversación.