¿Es mi país un manipulador de divisas?

1. China no es un manipulador de divisas. Motivo: Estados Unidos siempre ha acusado a China de ser un manipulador de divisas porque China tiene un enorme superávit comercial, especialmente con Estados Unidos. Estados Unidos cree que el superávit comercial es una manifestación de la manipulación del tipo de cambio por parte de China y de su reducción artificial. El objetivo es aumentar las exportaciones y promover el empleo interno y el desarrollo económico. Esto está completamente mal. Las elevadas exportaciones de China no se basan en tipos de cambio bajos, sino en costos laborales y de recursos bajos. Los precios bajos son la razón principal de la alta competitividad de los productos chinos en el mercado internacional y la razón principal del superávit comercial, que se debe al dividendo demográfico de China y a las políticas macroeconómicas correctas. Por lo tanto, es extremadamente arbitrario y equivocado que Estados Unidos juzgue a China como un manipulador de divisas basándose únicamente en su enorme superávit comercial.

2. China es un manipulador de divisas. Motivo: Según el modelo Mundell-Fleming, el enorme superávit comercial de China requiere una apreciación del RMB. Aunque el RMB se ha apreciado algo desde la reforma del tipo de cambio en 2005, el tipo sigue siendo relativamente lento. La razón es que China siempre ha insistido en un sistema de tipo de cambio vinculado al dólar estadounidense, y el control macroeconómico del país ha resultado en cambios muy pequeños en el tipo de cambio. El método específico consiste en que el banco central compre una gran cantidad de dólares estadounidenses en el mercado de divisas para aumentar la demanda de dólares estadounidenses, reduciendo así la tasa de apreciación del RMB. Las enormes reservas de divisas de China también son una razón importante. Creo que si el RMB está completamente determinado por la demanda del mercado, la apreciación nunca se detendrá aquí.

PD: Muchas cuestiones económicas son bastante complejas. No podemos simplemente dividirlo en dos categorías: sí o no. Lo que importa es que entendamos su contexto y su esencia.