Me gustan todas las cosas pequeñas y hermosas.
Me gusta esa calma, ese encuentro inesperado, indescriptible, y no dejar huella; me gusta esa ligereza, esa comodidad, esa atemporalidad, esa insignificancia; me gusta que pasa como una brisa, como una onda, soplando. sobre tu frente, bailando suavemente en tu corazón.
Sólo un momento, un momento, es una especie de contacto y conocimiento, una especie de sorpresa e iluminación, una especie de dilución y abandono, una especie de suspiro y consuelo.
Por ejemplo, la brisa que sopla en la cara y la leve fragancia de las flores en la brisa. La primavera ha llegado en el momento adecuado, lo que debía despertar ya despertó, lo que debía florecer está listo para florecer, lo que debía mostrarse ha sido preparado para una danza única, y el panegírico que debía redactarse tiene el mejor comienzo.
Por ejemplo, el canto de los pájaros al otro lado de la ventana y el leve olor a fuegos artificiales en lo profundo del canto de los pájaros. La primavera es ruidosa, indica una especie de vitalidad, una especie de calidez, una especie de intimidad, una especie de calidez, una especie de amor mutuo y perseverancia, una especie de expresión y acción y la esperanza y felicidad que se derivan de ello.
Por ejemplo, las pequeñas flores silvestres que florecen naturalmente al borde de la carretera y la pradera verde que se extiende alrededor de las flores silvestres. Dicen: existo y soy feliz. Soy pequeña y cómoda. Soy la interpretación completa del trueno primaveral, el relato apasionado de la lluvia primaveral y la danza olvidadiza de la brisa primaveral. Soy insignificante, pero soy importante. Me voy iluminando poco a poco, brillando una y otra vez. Soy la soledad y la emoción de la vida, la soledad de caminar y la magnificencia de dar la vuelta. Bajo la cabeza para pensar y levanto la cabeza para sonreír. Soy una chispa de luz entre mil millones. Soy la etiqueta más apropiada para la primavera.
Por ejemplo, uno o dos transeúntes caminando uno al lado del otro, y la calidez de sus conversaciones susurradas. Un grupo de vecinos bailando en la plaza y acompañados de una fuerte música rítmica. Las luces de la calle parpadearon y las sombras de los árboles bailaron. La primavera aporta ligereza y confort a las personas, además de vitalidad y vitalidad. La vida está en el movimiento y la vida necesita ser renovada. Los días ordinarios pueden ser duros, pero el corazón eternamente joven siempre está dispuesto a reservarse ricas connotaciones.
Por ejemplo, la sonrisa en un rostro desconocido es como una tarjeta de visita en la mano. Te dice que el calor se puede transmitir, porque la brisa primaveral lo empujará con el tiempo.
Por ejemplo, la música melodiosa que sale de una casa de té es un flujo estático que puede calmar tu corazón impetuoso.
Por ejemplo, el andar perezoso de un perro recuerda a la gente la riqueza y la comodidad. Parece ser el mejor retrato de una vida pacífica y, debido al adorno de la primavera, se vuelve más convincente.
Por ejemplo, los pasos tambaleantes de un niño pequeño y su boca sonriente y babeante. Su pureza y limpieza son las mismas que la nueva primavera. Incluso el aliento que exhala te embriagará.
Por ejemplo, en una tarde tranquila, una persona puede estar sola consigo misma tranquilamente, ignorando que la juventud es pasajera y el mundo de los mortales es corto, y sólo le importa la paz y la tranquilidad de este momento. Este momento está cerca del corazón. En lo profundo del corazón puede haber un río ondulante o un hilo de agua claro. Puede ser un canto a capella desorganizado o puede ser un canto bien organizado. Una persona puede tener un período de tiempo en el que puede entregarse por completo a sí mismo. ¿Qué tienen que ver conmigo los aciertos y los errores fuera del mundo?
Esas fragancias que llegan con el viento van llenando tu corazón. Las flores brillantes cuelgan de las ramas, puedes tomarlas tan pronto como levantes la vista.
Cuando abres un libro al azar, un párrafo de texto te acerca otra alma distante. ¡Nos enfrentamos y tenemos una conversación de corazón a corazón!
Despierta por la mañana con una explosión de canto de pájaros, como el sonido del tintineo de la porcelana, que recorre suavemente tu cuerpo y tu mente perezosos. Te sientas tranquilamente junto a la ventana y escuchas sus conversaciones intensas o discretas, sin atreverte a emitir un solo sonido. Sólo puedes decir en voz baja: "¡Buenos días, querido amigo!" con alegría y gratitud en el corazón.