Fórmula de cálculo de la proporción de sexos
La fórmula de cálculo de la proporción de sexos es: proporción de sexos = (número de individuos masculinos ÷ número de individuos femeninos) × 100%.
La proporción de sexos, o estructura de género, se refiere a la proporción de hombres respecto de mujeres en una población específica. Normalmente, la proporción de sexos de los seres humanos debería ser aproximadamente igual para mantener la estabilidad y la armonía social.
En diferentes contextos históricos, culturales y sociales, las proporciones de género pueden estar desequilibradas en diversos grados. Este desequilibrio puede originarse en una variedad de factores como la naturaleza, la biología, la sociedad y la economía, y tendrá diferentes impactos en diferentes poblaciones y sociedades.
Desde una perspectiva natural y biológica, el desequilibrio de la proporción de sexos puede deberse a la proporción de sexos al nacer, la tasa de supervivencia de los niños y niñas, el aborto selectivo por sexo, etc. En algunas sociedades, debido a la arraigada preferencia por los niños frente a las niñas, las familias están más inclinadas a dar a luz a niños, lo que genera un desequilibrio en la tasa de supervivencia de los bebés varones y mujeres. En algunas áreas con tecnología y condiciones médicas atrasadas, el aborto selectivo por sexo también puede conducir a un desequilibrio en la proporción de sexos.
Desde una perspectiva social y económica, el desequilibrio en la proporción de género puede deberse a las oportunidades educativas, las opciones profesionales, la situación familiar, los roles sociales, etc. En algunas sociedades, se valora más a los hombres y se restringe a las mujeres en la educación, el empleo, la política, etc., lo que resulta en una disminución relativa de la población femenina.
Un desequilibrio en la proporción de género puede tener un impacto negativo en la sociedad y la economía.
1 Un desequilibrio en la proporción de género puede conducir a un desequilibrio en el mercado matrimonial, afectando así. estabilidad y armonía social.
2. Una proporción de género desequilibrada también puede provocar un desequilibrio en el mercado laboral y afectar el desarrollo económico y la competencia.
3. Una proporción de género desequilibrada también puede exacerbar la discriminación y la violencia de género, deteriorando aún más la equidad y la justicia social.