¿Quién está más desarrollado después de entrar en la sociedad, un niño sensato o un niño voluntarioso?
Los niños sensatos suelen tener las siguientes características:
1. Autodisciplina: pueden controlar bien sus emociones y comportamientos y cumplir con las reglas, leyes y regulaciones sociales, lo cual no es fácil. Causar problemas a los demás.
2. Empatía: Pueden comprender y respetar los sentimientos y necesidades de los demás, son buenos para comunicarse y cooperar con los demás y pueden establecer fácilmente buenas relaciones interpersonales.
3. Sentido de responsabilidad: Están dispuestos a asumir sus propias responsabilidades y obligaciones y tienen un fuerte sentido de responsabilidad, lo que los hace más confiables en el trabajo y la vida.
4. Adaptabilidad: Pueden adaptarse a diferentes entornos y relaciones interpersonales, tienen una gran adaptabilidad social y tienen más probabilidades de tener éxito en diversas situaciones.
Por el contrario, los niños obstinados pueden tener más probabilidades de mostrar las siguientes características:
1. Egocéntricos: tienden a centrarse sólo en sus propias necesidades y sentimientos, y tienen dificultades. comprenderlos y respetarlos. Los demás son propensos a tener conflictos con los demás.
2. Falta de autodisciplina: Les resulta difícil controlar sus emociones y comportamientos, y violan fácilmente las reglas y leyes y causan problemas a los demás.
3. Falta de sentido de responsabilidad: Falta de voluntad para asumir responsabilidades y obligaciones, falta de sentido de responsabilidad y dificultad para ganarse la confianza de los demás en el trabajo y la vida.
4. Poca adaptabilidad: Tienen dificultades para adaptarse a diferentes entornos y relaciones interpersonales. Tienen una débil adaptabilidad social y pueden encontrar dificultades en diversas situaciones.
Por supuesto, la personalidad y el comportamiento de un niño se ven afectados por la familia, la educación, el entorno y otros factores. Como padres y educadores debemos prestar atención al desarrollo de la personalidad de nuestros hijos y ayudarlos a desarrollar buenas cualidades y hábitos para que puedan adaptarse mejor a la sociedad. Al mismo tiempo, debemos respetar la individualidad de cada niño para que pueda integrarse mejor en la sociedad manteniendo sus propias características.