¿Por qué necesitamos socializar?
En la vida acelerada de hoy, llena de ansiedad y aburrimiento, estar solo muchas veces puede traernos un momento de consuelo y paz, pero cuando el grado de soledad supera un punto crítico, la felicidad se convierte en dolor. En otras palabras, necesitamos socializar y comunicarnos con los demás.
01 Necesidades fisiológicas
La existencia de interacción social tiene un enorme impacto en la salud fisiológica, pudiendo incluso convertirse en una cuestión de vida o muerte.
Investigadores médicos extranjeros han citado una gran cantidad de eventos que amenazan la salud causados por la falta de relaciones sociales, como:
l Un informe que contiene casi 150 estudios que involucran a más de 300.000 personas. Un análisis exhaustivo muestra que quienes están socialmente conectados y tienen estrechos vínculos con familiares y amigos viven una media de 3,7 años más que quienes están socialmente aislados.
l Las malas relaciones pueden perjudicar la salud de las arterias coronarias en la misma medida que el tabaquismo, la hipertensión arterial, el colesterol alto, el exceso de obesidad y la falta de ejercicio.
l Las personas que están socialmente aisladas tienen cuatro veces más probabilidades de resfriarse que aquellas con una red social activa.
l Las personas divorciadas, separadas y viudas tienen entre cinco y diez veces más necesidad de tratamiento psicológico que las que están casadas.
l Las personas con un alto nivel de felicidad conyugal tienen menores tasas de incidencia de neumonía y cáncer que las personas solteras.
En comparación, las personas que tienen relaciones positivas viven vidas más saludables. Estos resultados de investigación demuestran la importancia de tener relaciones sociales satisfactorias. Por supuesto, el grado y la cantidad de relaciones interpersonales que cada persona requiere no son los mismos. La calidad y la cantidad de la interacción social son igualmente importantes.
02 Identificación de necesidades
Además de hacernos más saludables, la interacción social también es una forma de entendernos a nosotros mismos. Ya seamos vulgares o nobles, inteligentes o torpes, trabajadores o perezosos, estas respuestas no se reflejan en el espejo, sino en las respuestas de los demás hacia nosotros.
¿Qué pasaría si una persona perdiera el derecho a comunicarse con los demás desde su nacimiento? No podremos ser plenamente humanos. Algunos ejemplos típicos pueden reflejar esto, como los "niños lobo", los "niños leopardo" y los "niños mono". Estos nunca han estado en contacto con humanos en la infancia. Cuando crecen, su comportamiento es completamente diferente al de los humanos y no pueden hacerlo. se comportan normalmente con los humanos y son de corta duración. Por lo tanto, gradualmente entendemos quiénes somos a través de las interpretaciones que los demás hacen de nosotros, agregando atributos sociales humanos. La información recibida en la infancia es la más fuerte y nos influirá a lo largo de nuestra vida.