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- ¿Cuáles son los problemas con la contabilidad de costos? (1) El costo no pertenece a la categoría de valor. "Das Kapital" tiene como objetivo analizar el sistema de explotación del capital. Por lo tanto, partir del análisis de la dualidad de las mercancías más comunes y comunes en la sociedad capitalista es precisamente captar los puntos clave, pero como libro de texto de contabilidad de costos, también parte del análisis de la dualidad de las mercancías; ¿Qué pretende ilustrar esto? Puede ser que algunos trabajadores teóricos hagan el costo K basándose en la fórmula de Marx sobre el valor W: W = C+V+M, entonces: w=k+m, transfiera el artículo: K = W-M, es decir, el costo es igual a el valor de la mercancía menos el plusvalor. Pero es necesario señalar que el costo K aquí es una abstracción, o una parte esencial del costo, es decir, una parte de los gastos de producción socialmente necesarios, más que el costo histórico real como objeto de la contabilidad de costos. Ya en el capítulo 1 del volumen 3 de El Capital, Marx señaló que el costo tiene una ilusión, como si él mismo fuera la categoría de valor. No sólo muestra que esto es una ilusión, sino que también afirma que la categoría de costo no tiene nada que ver con la formación del valor de los bienes o el proceso de apreciación del capital. (Traducido por la Oficina Central de Traducciones, "Das Kapital", volumen 3, página 33, edición de 1978 de la Editorial del Pueblo). En otras palabras, el costo es sólo consumo en el proceso de producción. El capital explota a los trabajadores a través del proceso de producción y consumo, pero este consumo de producción no tiene nada que ver con la velocidad y la cantidad de plusvalía extraída. Se puede ver que durante medio siglo, partir de la dualidad de los bienes para explicar los costos es fundamentalmente un malentendido, pero al final todavía no logramos entender qué son los costos. (2) El costo es inseparable de la productividad. Debido a que el costo se explica a partir de la dualidad de las mercancías, la esencia del costo proviene del hecho de que el valor representa el trabajo promedio necesario en la sociedad y es parte de los costos de producción necesarios de la sociedad. Esta derivación de lo abstracto a lo abstracto puede derivarse de la lógica formal; sin una cuidadosa consideración. La afirmación anterior de que la pérdida de productos de desecho no constituye el valor del producto es, por supuesto, una inferencia extraída de la lógica formal más que de la lógica dialéctica. Marx tomó una vez como ejemplo una fábrica de hilado de algodón. Supongamos que cuando se hila algodón, 115 libras de algodón por día se convierten en copos de moscas en lugar de hilo de algodón. Si la pérdida de 15 libras de algodón es normal, entonces en el caso del algodón general más 1, esto es inevitable. Entonces, estas 15 libras de algodón no son un elemento necesario del hilo de algodón, pero su valor es exactamente el mismo que el valor del hilo de algodón, y también se suma al valor del hilo de algodón. Para producir 100 libras de hilo de algodón, el valor de uso de 15 libras de algodón debe convertirse en flores de mosca. Se puede ver que pérdidas similares como pérdida de moscas, pérdida de chatarra, etc. deben verse de esta manera: es decir, considerando las condiciones promedio de procesamiento, es decir, el nivel de productividad. La llamada "diferencia de pensamiento" significa que en el pasado, la esencia del costo sólo se deducía conceptualmente, sin comprender verdaderamente que la productividad social es la línea divisoria que distingue los costos de producción necesarios de los innecesarios, y que la productividad puede cambiarse mediante el poder humano. Sin embargo, en documentos de costos anteriores no se discutió la posibilidad de buscar medidas de reducción de costos por diferentes vías en términos de la distinción entre costos necesarios e innecesarios. Esta es sin duda una carencia fundamental. Se puede considerar que además de proporcionar información, la contabilidad de costos debe considerar cómo reducir y optimizar costos como una tarea más importante que es factible y necesaria. Por ejemplo, se puede fortalecer la gestión diaria y ahorrar tanto como sea posible los costos de producción innecesarios; también se pueden adaptar los costos de producción necesarios a las condiciones locales: una es mejorar los niveles de productividad a través de la transformación tecnológica o la innovación, de modo que los costos necesarios se conviertan en costos innecesarios; el otro es utilizar métodos de optimización, incluso si el proceso de producción no cambia, el costo se puede reducir de manera efectiva. Analiza la optimización y proporciona ejemplos de optimización de sistemas de métrica única, métrica dual, métrica múltiple y. 3. Dualidad de la producción No sólo es teóricamente insostenible explicar los costos analizando la dualidad de los bienes. Y como ha ignorado la importancia decisiva del nivel de productividad sobre el coste, ha roto con la relación entre coste y productividad y con la dependencia entre producto y mercado, y se limita a discutir el coste sobre la base del coste, lo que hace que la contabilidad de costes alcance su alcance. En teoría, es un callejón sin salida. Por lo tanto, las reformas deben considerarse fundamentalmente. La elección correcta debe basarse en la dualidad de producción. El proceso de producción no es sólo un proceso de consumo de recursos humanos, materiales y financieros, sino también el proceso de formación de productos. Los insumos y los resultados son realidades vivas y la unidad de opuestos contradictorios. Los inversores están a favor de la producción. Sin insumos, no habrá producción; si no hay necesidad de producción, no habrá inversión. La producción ineficaz también hace que la inversión sea un desperdicio. A partir del análisis de la dualidad de la producción, el concepto y definición de costo provienen directamente del consumo de la producción, y el propósito y los resultados de la producción guían los productos y los mercados. A partir de entonces, coste y producto ya no son conceptos separados y aislados, sino siempre contradictorios y unificados.