Pero en este sentido, como contraparte de la financiación empresarial, la racionalidad del propio comportamiento de los inversores es muy importante. Imagínese, si los compradores pueden perder el tiempo, los vendedores tomarán atajos para aumentar los márgenes de beneficio. Por el contrario, si el comprador es muy sensato e inteligente, el vendedor seguirá las reglas. Por tanto, qué tipo de compradores habrá, qué tipo de mercado habrá. En un mercado alcista, los inversores están ansiosos de financiación; en un mercado bajista, los inversores se resisten a la financiación, por lo que las señales mostradas por un comportamiento desmedido son desordenadas, pierden orientación y restringen las funciones normales de las empresas que cotizan en bolsa. Si las cosas siguen así, en última instancia serán los intereses de los propios inversores los que se verán perjudicados.
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