¿Qué medidas tomó Japón para afrontar la crisis económica entre las dos guerras?
Durante la crisis económica mundial de 1929-1931, la respuesta de Japón fue la militarización vertical de la economía nacional. A partir de 1931, el gobierno aprobó una serie de leyes de control económico encabezadas por la Ley de Control de Industrias Importantes para controlar diversos campos como la industria, la agricultura, el oro y el comercio. Organizar por la fuerza cárteles y fideicomisos en diversos sectores y colocar a las pequeñas y medianas empresas bajo el control de los chaebols. Luego se emitieron una gran cantidad de órdenes militares a los monopolios. De 1931 a 1936, el orden militar * * alcanzó los 5 mil millones de yenes. Durante este período, el gobierno también invirtió más de 6.543,8 mil millones de yuanes para construir, ampliar y reorganizar empresas militares de propiedad estatal. Los mayores beneficiarios de la militarización de la economía nacional son los viejos y los nuevos plutócratas. En 1937, el capital de los ocho antiguos chaebols (Mitsui, Mitsubishi, Sumitomo, Yasuda, Okura, Asano Nagasaki, Kawasaki, Furukawa) y de los cinco nuevos chaebols (Nissan, Nissan, Nissan, Moriwa Riken) alcanzó los 417 mil millones de yenes, lo que representaba El capital total de las empresas en todo el país es de 2,72 mil millones de yenes. Entre las 110 empresas que recibieron órdenes militares, casi todas las fábricas poderosas pertenecían a unos pocos chaebols como Mitsui, Mitsubishi, Sumitomo, Okura y Jiuyuan. Bajo la premisa del monopolio económico, las empresas japonesas mantienen precios elevados de monopolio en el mercado interno mientras realizan dumping a precios bajos en el extranjero para obtener las divisas necesarias y comprar recursos estratégicos y equipos industriales. En otras palabras, en respuesta a la crisis económica, Japón adoptó una política de agresión exterior. Invadiendo China, saqueando sus recursos, arrojando una gran cantidad de productos industriales a China, aumentando la inversión militar y, al mismo tiempo, trasladando los conflictos internos al exterior.