Una enorme bola de fuego apareció en el cielo de Japón. ¿Se hará realidad la predicción de Hawking?
A las 2:30 a. m. hora local del 2 de julio, muchas personas en la región de Kanto en Japón escucharon una gran explosión desde el cielo. El sonido fue muy fuerte, retumbante como un trueno, y algunas personas incluso sintieron que sus ventanas se sacudían. Además de escuchar ruidos fuertes, algunas personas también vieron luces deslumbrantes en el cielo.
Los testigos dijeron que una enorme bola de fuego cruzó rápidamente el cielo, iluminando la oscura noche. En términos de brillo, esta bola de fuego es incluso más brillante que la luna llena. El fuerte ruido provino de esta bola de fuego, entonces, ¿qué es esto exactamente?
Hasta donde sabemos hasta ahora, sólo existen dos posibilidades para poder moverse a gran velocidad en la atmósfera y emitir luz brillante. Una es que los restos de la nave espacial en el espacio cayeron a la atmósfera y se quemaron. Sin embargo, no había ninguna misión de lanzamiento de cohetes en el momento del incidente y no había ninguna previsión de que los satélites desechados volvieran a entrar en la atmósfera, por lo que existe esta posibilidad. está descartado.
Entonces, esta bola de fuego es otra situación: un bólido. Cuando los asteroides más grandes son capturados por la gravedad de la Tierra, chocan contra la atmósfera a gran velocidad, comprimiendo violentamente el aire frente a ellos, provocando que la temperatura aumente a miles de grados y se convierten en bólidos.
Si los asteroides son estructuralmente inestables, también pueden explotar. Por lo tanto, cuando aparecen bólidos más grandes, las personas en la Tierra no sólo pueden ver luces brillantes, sino también escuchar ruidos fuertes. Sin embargo, esto es raro y la mayoría son meteoros que cruzan el cielo.
Amenazas desde el espacio
Aunque los bólidos son raros, una vez que un asteroide más grande golpea la Tierra, puede causar daños enormes. Los científicos creen que hace ya 65 millones de años, un asteroide de 10 kilómetros de diámetro chocó violentamente con la Tierra, cambiando el clima terrestre y provocando la extinción del 76% de las especies de la época.
La mayor explosión de la historia de la humanidad se produjo en 1908. Se trató de la explosión de Tunguska. Esa mañana, una enorme bola de fuego explotó violentamente sobre Siberia con un fuerte ruido, liberando una energía equivalente a 1.000 bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima.
En la explosión de Tunguska, 80 millones de árboles fueron destruidos y los cristales de edificios a cientos de kilómetros de distancia se hicieron añicos. Se cree que la causa de este incidente fue la explosión de un asteroide con un diámetro estimado de 100 metros. Si el asteroide hubiera impactado contra la Tierra unas horas más tarde, habría aparecido en una zona densamente poblada y las consecuencias habrían sido desastrosas.
En 2013, muchas personas en la ciudad rusa de Chelyabinsk presenciaron un evento de bólido, cuando un asteroide de 20 metros de diámetro explotó en el cielo. El incidente ocurrió en un lugar lleno de gente, provocando miles de heridos y daños a miles de edificios.
Predicción de Hawking
Según los resultados de observación actuales, hay 20.000 asteroides cercanos a la Tierra en el espacio, una décima parte de los cuales se considera probable que choquen con la Tierra en el futuro. Además, las supernovas liberan en el universo explosiones de rayos gamma que también pueden amenazar la vida en la Tierra.
Considerando las amenazas del espacio, el famoso cosmólogo Hawking creía durante su vida que los humanos debemos adoptar una visión a más largo plazo. No sabemos cuándo llegará el peligro y debemos prepararnos con antelación. No debemos estar atados a la tierra, hay muchos lugares adonde ir en el universo.
Es probable que haya una gran cantidad de planetas habitables en el universo, o los humanos pueden transformar mundos alienígenas para hacerlos habitables. Deberíamos desarrollar tecnología aeroespacial lo antes posible para que los humanos puedan abandonar la Tierra, vivir en otros planetas y convertirse en una especie multiplanetaria, asegurando así la continuación de la civilización humana.