Sinopsis argumental del diario de Rabe

En 1937, el empresario Rabe y su esposa Dora vivían en Nanjing, la entonces capital de China. Él era el jefe de la sucursal de Siemens. Le resultó difícil entregar la división a su sucesor, Werner Fliess. A Rabe le encanta China y sabe que aquí es una figura influyente. Sin embargo, en la sede de Siemens en Berlín es sólo uno más de los empleados. En su fiesta de despedida, los japoneses bombardearon Nanjing y luego capturaron Shanghai. Debido al pánico repentino, Rabe abrió resueltamente las puertas de la empresa para brindar refugio a sus empleados chinos y sus familias.

A primera hora de la mañana siguiente, cuando las llamas de la guerra se extinguieron y se estaban inventariando las pérdidas, los extranjeros alojados en Nanjing comenzaron a discutir qué debían hacer en un momento tan peligroso. Los diplomáticos judíos alemanes les dijeron que había una zona segura en Shanghai que podía proteger a la gente corriente. Los profesores de la escuela de niñas Jinling inmediatamente pensaron que la idea era buena y nominaron a Rabe como presidente. Como alemán, se le puede considerar más o menos un "aliado" de los japoneses. Su sugerencia enfureció al médico del hospital local, que odiaba a los "nazis". De hecho, Rabe quería dejar Nanjing y regresar a Alemania al día siguiente, pero decidió quedarse e inmediatamente se puso a trabajar en serio;

Cuando las tropas imperialistas japonesas desataron su crueldad y atrocidades contra el pueblo chino, Rabe y sus compañeros trataron con las tropas japonesas con tacto y valentía, y lucharon por proporcionar una zona segura para el pueblo de Nanjing. Cientos de miles de civiles invadieron la zona segura, mucho más de lo imaginado. Sin embargo, el ejército japonés seguía masacrando y mutilando al pueblo chino, y el suministro en la zona segura se hizo cada vez más difícil. Posteriormente, el ejército japonés planeó utilizar una ilusión para destruir la zona segura: Rabe comenzó una carrera contra el tiempo.