Introducción a los valores universales
Los valores universales, como su nombre indica, son valores que son universalmente aplicables. Trasciende la nacionalidad, la raza, las fronteras y las creencias nacionales. Es un valor compartido por toda la humanidad. Es el estándar más bajo para medir el bien y el mal, o el resultado final universal de la moralidad humana. En concreto, los valores universales constan de tres elementos básicos: equidad, justicia y libertad. La equidad no se refiere al promedio absoluto de la riqueza material. Se refiere al equilibrio de las oportunidades competitivas y a la igualdad de los derechos humanos básicos. En pocas palabras, significa que no debe haber privilegios y que todos son iguales ante las reglas y las leyes. La justicia es la verdad, el resultado final del comportamiento humano y de las cosas, que debe ser lógico y ético. En términos más generales, la justicia significa que el bien será recompensado con el bien y el mal será castigado con el mal. Esclarecer los hechos, restablecer la verdad, castigar el mal y promover el bien es salvaguardar la justicia. La libertad tiene dos significados. Uno se refiere a los derechos básicos de las personas y al libre albedrío; el otro se refiere al hecho de que cada uno de nosotros debe aprender a controlar su propio comportamiento y asumir las responsabilidades necesarias para no obstaculizar el libre albedrío y los derechos inherentes de los demás. No violar el gran principio de equidad y justicia. Sin equidad y justicia, no se puede establecer la libertad; sin equidad y libertad, es imposible hablar de justicia. Por tanto, la equidad, la justicia y la libertad son interdependientes e indivisibles y son un concepto holístico.