Principio de independencia de la auditoría
Seis principios de la ética profesional de la auditoría:
Honestidad. El principio de integridad requiere que los contadores públicos mantengan la integridad y la honestidad en todas las relaciones profesionales y comerciales, actúen de manera imparcial y busquen la verdad a partir de los hechos.
Independiente. Los contadores públicos deben mantener la independencia al realizar trabajos de aseguramiento.
Sé objetivo y justo. El principio de objetividad e imparcialidad requiere que los contadores públicos sean imparciales y busquen la verdad a partir de los hechos, y no deben perjudicar su juicio profesional debido a prejuicios, conflictos de intereses o influencias indebidas de otros.
Habilidades profesionales. La competencia profesional requiere que los contadores públicos adquieran y mantengan la competencia profesional a través de la educación, la capacitación y la práctica.
Confidencial. El principio de confidencialidad exige que los contadores públicos mantengan confidencial la información que obtengan en el curso de sus actividades profesionales.
Buena conducta profesional. La buena conducta profesional requiere que los miembros cumplan con las leyes y regulaciones pertinentes y eviten cualquier comportamiento que dañe su reputación profesional.
Los seis principios de la ética profesional de la auditoría son las normas y códigos de conducta básicos de la industria de la auditoría. Son de gran importancia para garantizar la independencia, objetividad y equidad del trabajo de auditoría y mejorar la calidad y credibilidad de la auditoría.
A continuación se ofrece una explicación detallada de estos seis principios:
Integridad: la integridad es el núcleo de la ética profesional de la auditoría y requiere que los auditores sean honestos, objetivos y transparentes en su práctica, y No engañar, no engañar a nadie. El principio de integridad requiere que los auditores no acepten ningún beneficio financiero o de otro tipo que pueda afectar su independencia y no participen en ninguna actividad que pueda afectar su juicio profesional.
Independencia: La independencia es la piedra angular de la ética profesional de la auditoría. Los auditores deben mantener una independencia sustancial y formal y realizar el trabajo de auditoría de manera objetiva y justa. Independencia sustantiva significa que los pensamientos y acciones del auditor están libres de cualquier influencia indebida y puede pensar y juzgar de forma independiente. Independencia formal significa que el auditor debe ser considerado independiente en público.
Objetividad e imparcialidad: Los principios de objetividad e imparcialidad requieren que los auditores estén libres de cualquier influencia inadecuada en su práctica y que siempre traten los asuntos de auditoría de manera objetiva y justa. Esto significa que los auditores no pueden cambiar su juicio profesional debido a intereses personales, prejuicios o la influencia indebida de otros.
Capacidad profesional: La capacidad profesional requiere que los auditores tengan suficientes conocimientos y habilidades profesionales para ser competentes en el trabajo de auditoría que realizan. Esto significa que los auditores necesitan aprender continuamente nuevos conocimientos y habilidades para mantener su competencia profesional.
Confidencialidad: El principio de confidencialidad exige que los auditores mantengan confidencial la información confidencial obtenida en el curso de su práctica, a menos que lo permita la ley o lo autorice el cliente. Esto incluye los secretos comerciales del cliente, información confidencial o cualquier otra información sensible.
Buena conducta profesional: La buena conducta profesional requiere que los auditores cumplan con las leyes y regulaciones pertinentes, mantengan una buena reputación profesional y eviten cualquier comportamiento que dañe su reputación profesional. Esto incluye respetar la ética profesional, mantener una buena imagen profesional y tratar a los demás con respeto.