Los colgadores en el techo impiden que otros los utilicen.
Antes de acostarte, cierra la puerta con llave y aprieta la cerradura. Prepare otra percha, cuélguela boca abajo en la manija de la puerta y sujete la ranura en la cabeza de la percha a la cerradura.
De esta forma, el antibloqueo de la puerta quedará firmemente pegado por el colgador, y no se torcerá sin importar el método que se utilice en el exterior, evitando así robos.