El estado de desarrollo de la animación japonesa
No se puede subestimar la influencia de la animación japonesa tanto a nivel nacional como internacional. En primer lugar, la cultura de la animación ha aportado enormes ingresos de divisas a Japón y se ha convertido en el tercer pilar de la industria japonesa. En segundo lugar, la animación japonesa desempeña hasta cierto punto el papel de "invasión cultural". No hay duda de que al producir cómics japoneses, los productores siempre mezclan los valores japoneses con el pensamiento político y cultural, de forma intencionada o no. Por lo tanto, cuando los consumidores de otros países consuman cómics japoneses, inevitablemente se verán afectados por la "voluntad japonesa". Finalmente, la animación japonesa puede sumar puntos a la imagen de Japón. Los personajes de la industria del cómic japonés, independientemente de su género, edad, lealtad, traición, belleza o fealdad, todos tienen las características de bellas imágenes. Y esto simplemente le da al mundo una buena comprensión del estilo de vida y la imagen nacional japonesa.
En la actualidad, la facturación anual de la industria de la animación japonesa ha alcanzado los 230 billones de yenes, convirtiéndose en la tercera industria más grande de Japón. En términos generales, la industria de la animación ya representa más del diez por ciento del PIB de Japón. Según datos publicados por la Organización de Comercio Exterior de Japón, los ingresos totales de la animación japonesa y productos relacionados vendidos a los Estados Unidos en 2005 fueron de 4.359 millones de dólares, cuatro veces los ingresos totales de las exportaciones japonesas de acero a los Estados Unidos. Los cómics, las animaciones, los libros, los productos audiovisuales y los productos periféricos con licencia han formado una "cadena industrial" en Japón, promoviendo el desarrollo de la economía japonesa.
Se puede decir que al ver que las películas de Hollywood pueden penetrar cada vez más en todo el mundo que los productos fabricados en los Estados Unidos, Japón también ha comenzado a buscar su propia posición en la cultura internacional, y la animación ha sido favorecido por el gobierno japonés, haciendo del desarrollo de la industria de la animación una política nacional para impulsar el desarrollo económico de Japón.