Suministros de viaje a Grecia
Me siento así debido a un incidente de este verano. Mi padre y yo viajamos a Europa durante diez días. En el camino llegamos a Ámsterdam, Países Bajos, donde la exuberante vegetación hacía que la gente se sintiera poética y pintoresca. El guía turístico nos llevó a una tienda muy especial que se especializa en la venta de zuecos de madera para decoración. Entonces se adelantó un corpulento muchacho holandés rubio. Estoy un poco nervioso. No hablo holandés. Si me saluda, lo miro fijamente. ¡Qué vergonzoso! Pero para mi sorpresa, no dijo "Hola" cortésmente, sino que me dedicó una brillante sonrisa holandesa. Sus ojos brillan y puedo dar un suspiro de alivio. Le devolví la sonrisa con naturalidad. Pareció entender lo que quería decir e inmediatamente me invitó a sentarme en la tienda. ¡Oye, esa llave mágica ha hecho que ya no tenga miedo de los extranjeros y podemos llevarnos bien!
Mientras visitaba los zuecos que él mismo hizo, toqué un zueco súper grande de un metro de largo, pero accidentalmente, el zueco cayó al suelo. El joven salió corriendo a toda prisa. Me sentí incómodo y me culpé. Si estuviera en China, el comerciante me regañaría. El aire en la tienda pareció congelarse. El joven me miró sin comprender y yo lo miré con nerviosismo. ¡No hablo holandés! ¿Cómo debería disculparme con él? Desesperado, tuve que hacer una expresión exagerada de dolor, y luego sonreírle, sonreír. Anhelaba su comprensión. Me miró fijamente; tal vez pensó que estaba loca. Así, la sonrisa permaneció en mi rostro durante cuatro o cinco minutos. El joven pareció entender que le estaba pidiendo disculpas. Se acercó lentamente, me dio una palmada en el hombro y me sonrió. En ese momento, mi padre y yo nos reímos y reímos muy felices. Sabía que era solo una sonrisa común y corriente, pero fue como una llave poderosa que abrió el nudo entre ese joven y yo. A menudo juega un papel importante cuando las relaciones se vuelven rígidas, fuera del alcance de regalos, dinero u otras cosas.
Comentario 1. Hace unos días vi un artículo en "Reader" y uno de los fragmentos sigue fresco en mi memoria. El autor viajó a Grecia y llegó a un café. El propietario accidentalmente dejó caer una colilla en el dorso de la mano del autor mientras gritaba. Ante esta situación, el jefe tiene su propio truco: sonreír. El autor dijo en el artículo: "En ese momento sentí que nuestros conflictos se cortarían fácilmente con una sonrisa".
Comentario 2. La sonrisa es como una llave. Lo sorprendente de esto es que diferentes naciones y países pueden usarlo hábilmente. Con ello, las relaciones se vuelven fáciles. Con él, no luches incluso si hay conflictos, deja que el mundo esté rodeado de sonrisas y deja que esta llave ordinaria elimine las barreras espirituales entre las personas. ¡Te sorprenderá descubrir que hay más alegría y color en este planeta!